Pieza de senectud pero inserta en una etapa de sobresaliente creatividad (la de La Dorotea y las Rimas de Burguillos), El castigo sin venganza (1631) es la última obra maestra que Lope legó a las tablas y sin duda la más desesperanzada. A partir de un acontecimiento real ocurrido de la Italia del Cuatrocientos y enriquecido con ecos clásicos y bíblicos, el dramaturgo construye una tragedia “al estilo español”, en la que los amores fatídicos de Federico y su madrastra Casandra llevan al Duque de Ferrara a debatirse entre el deseo de venganza y la piedad paterna, hacia un desenlance sin redención posible.