En el siglo XVI América fue el lugar ideal para aplicar el mandato evangélico de bauti-zar a todos los pueblos de la tierra. Para ello, los misioneros bautizaron masivamente a muchas comunidades, destruyeron ídolos y templos, movilizaron y reubicaron a los pueblos indígenas, y a veces, infligieron castigos. Una de las premisas de su proce-der fue introducir patrones occidentales de vida y convivencia como base de la cris-tianización. Este libro trata de los métodos empleados por los frailes en la evangeliza-ción, pero también de la participación activa que los indios tuvieron en ese proceso.