Las cuatro piezas aquí editadas forman un pequeño ciclo de notable coherencia dentro del cuidadoso aprendizaje teatral de García Lorca. Todas ellas fueron fechadas por el autor. Desde el otoño de 1919 García Lorca reside en Madrid. Ha dejado la periferia inquieta de la tertulia granadina del Rinconcillo por el centro selecto de la Residencia de Estudiantes, abierto a la modernidad cultural, incluida la vanguardia ultraísta. Esa circunstancia separa las dos primeras piezas, serias, de las dos siguientes, burlescas, y crea un curioso diálogo intratextual entre ellas, en el cual las dos últimas funcionan como parodia o como ejercicio de autoironía respecto de las dos primeras. La lectura seguida, en consecuencia, presenta un abanico de recursos y matices dramáticos que se diseminarán y se perfeccionarán extraordinariamente en el Lorca maduro.