A los doce años de edad Guzmán deja Sevilla y comienza un largo viaje que, luego de algunas desventuras, lo lleva a Madrid, a Génova y a Roma, para al final volver a su ciudad de origen. El chico hará primero vida de pícaro y aprenderá a mendigar, después será paje al servicio de algunas personalidades. Durante su viaje, Guzmán experimentará situaciones muy desagradables, pero, al final, se redimirá de sus pecados.