Akenatón fue un faraón desconocido hasta fines del siglo XIX. Recién ahora se lo estudia como el hombre que pudo sembrar la semilla del judeocristianismo. ¿Era monoteísta su religión? ¿Por qué la existencia de este faraón fue sumergida en un olvido de tres milenios? ¿Están inspirados algunos salmos bíblicos en su Himno a Atón? ¿Cuál fue el rol de Nefertiti, la esposa de Akenatón, en esa época convulsionada? ¿Qué sucedió en Amarna, la ciudad fundada en honor al dios que desplazó a los innumerables dioses del olimpo egipcio? ¿Eran egipcios los primeros integrantes del Éxodo? Dulitzky responde estos y muchos otros interrogantes en las páginas de este libro a partir de hipótesis documentadas que permiten considerar a Akenatón uno de los primeros hombres que produjeron una revolución espiritual en la historia de la humanidad. Pero no pudo vencer al clero tradicional, y por ello fue asesinado y su prédica sepultada en el olvido. El descubrimiento tardío de su epopeya lo transforma en un digno antecesor de Moisés, Jesús y Mahoma.