Dejad que los niños se acerquen a mí... quería decir otra cosa. Prepárense para leer una de las tramas más brillantes, rocambolescas, oscuras y emocionantes que se han escrito: el padre Bryce es un cura católico de Minneapolis que esconde a duras penas su pedofilia, arropado por el silencio de sus compañeros. Pero, un buen día, comienza a ser chantajeado por Clay, un enviado de la secta de los receptivistas, que pretende que el religioso pague por sus culpas. La redención del sacerdote pasa por liderar la liga antiaborto, leer las memorias del líder de la secta -un escritor de ciencia ficción que asegura haber sido abducido por extraterrestres con cabeza de perro y haber cambiado de cuerpo a través de los siglos-, enfrentarse a sus antiguas víctimas y tatuarse en el torso la figura del Demonio. Este tatuaje satánico transporta al padre Bryce hasta la Edad Media, donde ocupará el cuerpo del obispo Silvanus de Roquefort, quien, a su vez, tomará posesión de la identidad del padre Bryce en el siglo XX. De este modo, la Iglesia, preñada de corrupción y escándalos, es el único santuario de lo real para el protagonista, que se verá empujado a través de un laberinto de horror y muerte hacia un destino infernal. El cura es un libro radical que destila inteligencia, humor, crítica y una inmensa dosis de misterio. En él, Thomas M. Disch aborda sin pudor temas controvertidos como los casos reales de abusos a menores por parte de sacerdotes católicos o la entrada de la mujer en la jerarquía eclesiástica. Enlazando motivos como el alzheimer, los ovnis, las sectas, las drogas, el secreto de la Sábana Santa, el sexo, el suicidio o la muerte, Disch da cuenta de una realidad cuyos auténticos límites desconocemos. Una novela salvaje e imprescindible que nos abre los ojos a éste y a otros mundos.