Hace unos años, el profesor Paul Preston me propuso publicar estas Memorias de un soldado del General López de Ochoa, que echaban una luz particular sobre los años previos a la Guerra Civil, incluyendo la dictadura de Primo de Rivera, la proclamación de la República y la sublevación de Asturias en 1934. El libro le había sido entregado por la hija del autor, Libertad López de Ochoa; por su yerno, el doctor José Lazzarini, y por el hijo de ambos, el coronel Edward Lazzarini. El profesor Preston había hecho inmediatamente las gestiones para que el profesor Michael Alpert, bien conocido por su obra sobre El ejército republicano español, anotara el texto y escribiera la nota introductoria. Esta edición es, pues, un logro de equipo, con todas la dificultades que ello implica, que ninguno de los participantes podría reclamar para sí en exclusiva. ¿Quién es su autor? El General Eduardo López de Ochoa y Portuondo nació en Barcelona, en el seno de una familia militar, en 1877. Era, pues, poco más que un adolescente cuando se vio inmerso en las batallas que culminaron en Cuba en el desastre de 1898. Posteriormente, serviría en la península y, a partir de 1907, en África. Tenía 37 años en 1914, cuando abogó por la entrada de España en la Gran Guerra. Al instaurarse la dictadura, Primo de Rivera, a quien había conocido en África, lo designó Gobernador, civil y militar, de Cataluña; pero duró poco en el cargo. Su manifiesto republicanismo llevó a López de Ochoa al exilio en Francia. Más tarde, durante la República, fue por un período breve Capitán General de Cataluña. A las órdenes de la República, se hizo cargo de la represión de la insurrección de Asturias en 1934.