Los secretos de la guerra muestra la madurez de un poeta que partiendo de una experimentación formal evidente ha encontrado un tono poético admirable entre la prosa y la poesía. El recuerdo y sus sensaciones dibujan un registro poético donde las obsesiones se explican sin imposturas. El poeta confiesa secretos poéticos de una rara intensidad que comprenden la realidad oculta de las cosas en una batalla diaria por sobrevivir donde nadie está a salvo. La conciencia del poeta define con diferentes matices los deseos de la existencia. Existencia que se cierne sobre la memoria en ciudades como Berlín y se enciende en un mundo de sueños que la ironía atrapa sin despojarse de su lado más agresivo. En la poesía de Rafael Coloma la calma es aparente: toda visión guarda un enigma que en algún instante alcanza su definición.