Se acabó ya eso de la búsqueda del sentido, declara el protagonista de El viaje oculto en las primeras páginas. En una época de ritmo acelerado, ruido y atolondrada búsqueda de identidades y objetivos, Fernando Luis Chivite ha instalado a sus personajes en la calma, el silencio y la desesperanza. No serÃa apropiado decir que caminan contracorriente sino que con sus experiencias descubren el itinerario que casualmente los lleva en sentido contrario a la corriente del rÃo, aguas arriba. Un hombre que ha perdido traumáticamente a su familia, enfermo y con reputación de loco, Levana, la sabia cuidadora inmigrante, y el joven y enigmático Iker componen este trÃo de vidas hechas pedazos, abandonadas en el lÃmite del mundo, el valle de las nieblas perpetuas, conformando un retrato de grupo variado y sólo aparentemente absurdo. Mi casa está ahà en la niebla. Esa es mi patria, dice el protagonista.