El mal más grave es el reflejo de lo que acontece en la vida de Ellie Stanford, una joven de catorce años que crece en un suburbio de una gran ciudad. Es la visión lúcida de un sentimiento desgarrador, el de la culpabilidad. La reflexión sobre esa crueldad que no se piensa, pero se siente y ejecuta de manera impulsiva por una mente y un cuerpo adolescentes en el que germinan, entre la familia, los amigos y el resto de los vecinos del barrio, el castigo y la venganza, la incomprensión y el miedo, la insatisfacción personal, la madurez y la esperanza. A diferencia de otras novelas que plantean temas actuales de índole social, en El mal más grave los rasgos de los mayores se reflejan en los gestos, juegos y voces de unos jóvenes que responden a la realidad con sus propias palabras, con su indiferencia más absoluta, con esa rebeldía que depara la provocación y la mentira al borde del delirio inocente. En El mal más grave, la ingenuidad se convierte en un pretexto, la venganza en una atmósfera que sacude a los protagonistas y sobrecoge por ende, con todas las dosis de denuncia y estupor posibles, a los lectores, que ven como la ficción se confabula con la realidad de un modo magistral y preciso de la mano de Luisa Etxenike, quien con un estilo personal y concentrado a través de los pensamientos y actos de una ingenua y perversa Ellie Stanford, nos sorprende con una novela sin artificios de ningún tipo, sin florituras, como un puño cerrado directo al corazón.