¿Qué ocurre cuando tenemos que encontrarnos cara a cara con el futbolista al que habíamos convertido en un mito? ¿Y si además esconde un misterio y no nos permite acceder a él? ¿Qué hemos de hacer con los sueños rotos? ¿Cómo debemos afrontar nuestro destino previsible y vulgar? ¿En quién podemos apoyarnos? En Dos entradas para Wembley una voz se plantea esas preguntas al evocar el momento de su vida en que surgieron. A partir de los legendarios relatos de El Flaco, el narrador despieza la historia de su tío Román, una joven promesa del fútbol que llegó a jugar en el Athletic, pero que vio tempranamente truncada su carrera por una grave lesión. El tío Román pertenece al mundo de los mitos, pero un día regresa al pueblo del que se había marchado muchos años antes, y todo empieza a tambalearse. En esta hermosa novela se habla mucho y bien sobre fútbol, sobre ese deporte que tanta significación adquiere en la vida de muchas personas, sin que sepamos a ciencia cierta los oscuros e irracionales motivos que nos llevan a aficionarnos a él. Pero Miguel González San Martín sabe elevarlo a una dimensión nueva con su estilo ágil y cercano. Y en su relato, el fútbol se transforma en una de las materias posibles de la que están hechos los sueños y en el punto de partida para comprender la verdad de por qué nos sentimos tan tristes las tardes de los domingos cuando pierde nuestro equipo.