Los ensayos aquí reunidos giran en torno al tema de la ambigüedad del lenguaje: lenguaje creador de mundos, moldeador de conciencias y artífice del hombre y las cosas, lenguaje bondadoso y sagrado; pero también lenguaje caído, lenguaje malvado y pecador que en la boca del hombre pleno antes de su trágica caída. En esta ambigüedad del lenguaje está inscrita la concepción mística de la Cábala. Porque dios habla, pero también calla en la letra. La búsqueda por aproximarse al lenguaje pleno capaz de colmar las fisuras del sentido es entonces un incansable rodeo, la permanente aproximación siempre diferida que susurrar al oído, de hacerse, a la distancia, presente. De la exterioridad al desarraigo: así podría enunciarse la trayectoria de la interpretación de la Cábala hasta el deconstruccionismo. Si la Cábala plantea el exilio como exterioridad, pero a fin de cuentas como territorio, desde donde se observa ese otro espacio sagrado, la deconstrucción pretende hablar desde el desarraigo, desde un no lugar que en última instancia no es sino silencio y abismo.