En Florilegio de amor se dan cita las más variadas formas que adquiere este sentimiento: el deseo, la ansiedad, el despecho, la angustia, la congoja y el regocijo del amor cuando es correspondido. Con un lenguaje llano, el autor le canta a la amada, ya sea para convocarla o para desterrarla de sus pensamientos, pero siempre dejando espacio para la duda, una constante en los versos que nos regala Sergio Galindo. Este poemario está compuesto de dos partes, que al fin son una sola: ?Añorado encuentro?, donde a través de sus palabras podemos ser testigos de la intensidad con que el autor experimenta sus emociones y devela lo más profundo de sus anhelos; y ?Traición?, donde, en cambio, sus plegarias se transforman en lamentos, paseando al lector por los constantes altibajos que todo romance implica.