La ciudad de Dénia, en plena celebración de la festividad de su santo patrón, acoge a Adrià Ros y Vives, llegado a puerto a bordo de la goleta Grossvenor siguiendo las rutas del gran comercio entre el Mediterráneo y el Atlántico. Los ojos nacarados de una joven cautivan a Adrià. La ciudad y el puerto lo atrapan. La frenética actividad de los numerosos bajeles con sus bodegas repletas, producto de la prosperidad de la zona, comienza a formar parte de su vida después de haber cambiado de rumbo personal. Sin embargo, pronto se verá involucrado en las luchas de poder entre las familias que dominan la ciudad, los hacendados tradicionales enfrentados a los innovadores comerciantes y navieros. Y será convulsionado más allá, quizá, de lo que sus fuerzas puedan resistir. En Puerto del Este, Jesús Moncho narra la historia de un amor imposible entre un joven aventurero y una chica, hija de uno de los caciques locales. Pero la novela es también reflejo fiel de la sociedad de aquel tiempo en la costa valenciana y, en particular, de la ciudad de Dénia y contorno en los años de la década de 1880, un tiempo de esplendor, de fortuna y de máximo tráfico y ambición en los muelles de su puerto.