Una sensación de unidad impone invariablemente a los que viajan por las costas del Mediterráneo. Una unidad fruto de contrastes casi agresivos: mar y montaña, mar y desierto, mar y ciudad...Su naturaleza es esencialmente el resultado de estas oposiciones y de una situación geográfica estricta, un clima característico y una atmósfera hecha de colores, perfumes y brillos que distinguen esta zona terrestre de todas las demás