Casi nada sabemos de José Ignacio Parra, el joven protagonista de Código de barras, salvo su fascinación por Laura, la mujer de su vida, y su obsesión por impresionarla. Y mientras él construye y habita ese amor absurdo e imprevisible, quienes lo rodean tejen y destejen la trama de engaños y miserias que conforman la cotidianidad, cualquier cotidianidad. La primera novela de Gustavo Hernández Becerra es una tragicomedia, pues: ¿hay algo más trágico o más cómico que el amor?