Leopoldo María Panero y Félix Caballero no son exactamente dos poetas que escriben juntos un libro, sino sólo apenas una voz, la voz de una escritura -voz única de una escritura a dúo-. escritura que prosigue ininterrumpida, interrumpiendose, que atraviesa los libros y las personas, esas máscaras que ahora, aquí pasean su cólera y su melancolía por este Jardín en vano .