Los textos que aquí se reúnen están sentando un precedente y haciendo historia, porque están pisando el templo de un conocimiento del que durante demasiado tiempo las mujeres han sido alejadas, excluidas, expulsadas, silenciadas y perseguidas. Por otra parte, este texto es también un mapa que guía sistemáticamente a su público lector y que, lejos de dejarlo satisfecho, se propone impulsar su deseo de conocer, su curiosidad y ganas de introducirse de lleno en cada una de sus materias. Lógicamente, al tratarse de Teología Feminista, su finalidad y su utilidad van bastante más allá. Como aparecerá en todas sus páginas, la Teología Feminista por muy diversa que sea, comparte el común objetivo de la transformación de las personas, las relaciones y las instituciones en las que vivimos. No es una teología que separa el conocimiento y el saber de la experiencia y del contexto de la vida. Intenta llegar allí donde nos hacemos las preguntas más importantes, allí donde intuimos que siguen estando y que, aún apelando al saber acuñado por muchas mujeres (saber impregnado de fuertes experiencias vitales y de fe), van a seguir abiertas.