En Confesiones fucsias, Tula, mujer enormemente contagiosa de atrevimiento, alegría, ternura y pasión por la vida, relata a modo de diario lo gratificante y, a la vez, laborioso que puede ser la relación de pareja en la edad adulta; quizás, lo que ella no sabe, es que el mundo externo no es real, es el mundo de tu cerebro.