Virginia, la mayor; Clara, la menor. Dos hermanas de buena familia. Lecciones de piano, solidos principios religiosos y morales, una vida morigerada. Y tambien dos existencias que se van separando imperceptiblemente, se van enfrentando para terminar estrellandose en el mas cruel de los silencios. Y del silencio surge la voz de Clara, la recatada, la sabia, la reflexiva. Victima de juegos amorosos que solo alcanzaron a rozarla, envuelta en memorias remortas y quiza felices, custodio de estancias, muebles, sabores que para ella fueron puerto seguro en la tormenta de la vida. Y cuando las piezas de la verdad parecen quedar dulcemente ensambladas, surge la voz de Virginia, la inquietante, la voluntariosa, la impetuosa.