El Rey -Elvis Presley- dijo una vez que la música es algo que te hace mover por dentro y por fuera. Y Nick Hornby escribe sobre las canciones que le hacen mover y le conmueven, las que amó alguna vez y las que ocupan un lugar significativo en la banda sonora de su vida. Comienza con Teenage Fanclub, Tu amor es el lugar desde el que vengo, y termina con la espléndida Patty Smith y su mítica meada en el río. Y entre los unos y la otra, canciones de Van Morrison -Hornby quisiera que en su funeral tocaran Caravan-, de Bob Dylan, de Bruce Springsteen -ha escuchado Thunder Road cientos de veces, y fue la canción que le hizo desear ser escritor-, de Badly Drawn Boy, lan Dury, Nelly Furtado... Hornby intenta definir aquello que hay en la música pop que nos toca tan intensamente, como ninguna otra música puede hacerlo, y quizá su libro no sólo es una crónica de canciones, sino también de instantes, de revelaciones, de recuerdos ligados a estas músicas tan perecederas, tan fugaces, tan irreemplazables. Una parábola maravillosa y nada pretenciosa sobre el poder de la música, una lectura intensamente placentera (Vicki Green).