Cada noche los lobos, es un largo poema, casi una narración obsesiva, con dos guardas cuidadosamente elgeigdas que protegen los versos como una muralla, que delimita el territorio y lo protege. Protege la palabra, el sentimiento, la soledad, el mundo interior frente al peligro que acecha fuera y que quizá representan los lobos, aunque sin ellos nada hubiera sido posible. La construcción y el texto es aparentemente sencillo, como siempre en Charo Ruano; consigue trasmitir con fuerza una serie de situaciones que van desde la angustia, el amor, la desesperación, el miedo, el dolor, la ternura, la compasión,...hasta la más radical soledad que es sin duda lo que domina el libro de principio a fin. A esa soledad contribuye Marlen Haushofer el ángel de la guarda de este libro, en cuya memoria y reconocimiento parece escrita cada palabra. Una mujer sola, la cabaña de arriba y la de abajo, la naturaleza indomable, el frío, el fuego, la nieve,...y los lobos cada noche. Un poemario lleno de fuerza que nos atrapará entre sus versos.