Hay libros que dibujan su propio rostro; libro que trazan la espiral que conduce hacia ellos mismos, su centro, su unicidad. Ritual es uno de estos libros: una voz que comienza, firme y tenue al mismo tiempo, y va cobrando vigor a medida que avanza en su propia búsqueda. Unas pocas líneas bastan para orentarnos en la lectura: se empoza, soledumbre, embrean... Se reconoce ese campo que Ernesto García López empezó a transitar en sus libros anteriores- Fiesta de pájaros(2002), El desvío del otro (2008), un campo penumbroso y llano- no necesariamente triste ni adusto; más bien reflexivo, circunspecto- inscrustado de piedras preciosas: palabras qpue nos asombran, nos detienen, nos remontan a otras voces, como aquí al Vallejo de Los heraldos negros, al Octavo Paz de Árbol adentro, o al quizás menos presente Cancionero unamuniano.