Dice llamarse Gregori Makarov, haber tocado el acordeón siendo niño ante Stalin y vivir una imposible historiade amor que le llevó a ser internado en el terrible campo de trabajo del Kolimá, uno de los lugares más lejanos einhóspitos de Siberia, de donde no se salía vivo. Pero él sobrevivió, y su vida fue contada por un periodista, hastaque se descubrió que había sido engañado. Que no era verdad, pero tampoco mentira, que su existencia se habíaconstruido, como tantas otras, con retazos de lo que puede saberse y lo que hay que ocultar. Atrapado por unasociedad moralizada hasta lo cómico, que sólo quiere saber la verdad si es “su verdad”, dulce y justa, el periodistaemprende una investigación obsesiva sobre la vida de Makarov que le lleva a los lugares donde el siglo XX dejómarcada sus grandes mentiras y su terrible verdad.Entre la sátira agridulce y la parodia filosófica, El músico del Gulag es un descenso a los demonios personales deun periodista al final de su carrera, cuando siente que su tiempo ha pasado, cuando descubre que el hombre quele mintió será quién le salve. ¿Realmente queremos saber la verdad, o algo que se parezca a lo que nos gustaríaque sucediera?“Manuel Calderón encuentra en esta novela su extraordinaria madurez como escritor. Escribe un textoabsorbente, un juego sobre las verdades y las mentiras que escondemos dentro de nosotros, al fondo de nuestrasbiografías. Tanto el uso de la intriga, la magnífica construcción de personajes y la visión sobre la historia soloindican una cosa: aquí está en carne y hueso el impacto de nuestras encrucijadas existenciales”. (Diego Doncel)“A través de su gusto por los detalles, obra a obra, Manuel Calderón va levantando un acta implacable de lainmoralidad y la ocultación de la sociedad actual, intentando desentrañar la paradoja más inexplicable delcarácter humano que es cómo, a pesar de ese panorama de ignominia y rapacidad, sigue sobreviviendo en loshumanos el gusto por el arte”. (Sabino Méndez)
