Ésta es la liturgia del olvido , una espina de acero y silencio clavada en el limbo del Empire State, un soplo huérfano de cigüeñas, un altar de nubes sin estrellas. No existe la oración de un templo negro, La escalera 103 para el incendio del llanto, un barco de alas para el descanso de las gaviotas. Son otras las pequeñas cosas amenazando, ascuas de Rolex por la quinta avenida donde el tiempo es martillo de manos sin uso, cadenas sin dueño en los ojos huérfanos, paseantes ciegos de un lujo inservible, ciudad rota en el tambor de los dedos cuando el papel higiénico es moneda ennegrecida.