Heródoto ostenta desde Cicerón el título honorífico de padre de la historiografía. No siendo en absoluto un sabio de gabinete, su vida le llevó desde Halicarnaso, en Asia Menor, pasando por Atenas, hasta Turio, en el sur de Italia, donde vieron la luz los nueve libros de sus HISTORIAS. Esta obra, muy elogiada ya en la Antigüedad, marca el paso entre una imagen mitológica del mundo y los primeros impulsos de racionalidad occidental que investiga las causas y efectos en los acontecimientos del mundo.