El Eco anticipa el tráfico de intimidades que será característico de nuestra época con una novela sagaz y formalmente ligera que él mismo definió como un jeu d´esprit, pero donde el aire de comedia incuba disyuntivas espinosas y decisiones formidables. No había nada que James hiciera como un inglés, ni tampoco como un norteamericano -ha escrito Gore Vidal-. Él mismo era su realidad, un nuevo mundo, una terra incognita cuyo mapa tardaría el resto de sus días en trazar para todos nosotros.