Josep López y Georges Escribano pretenden mostrar en Los jardines secreto s que la creación de un espacio propio no es sólo algo bueno para el desarrollo de la persona, sino imprescindible para que las relaciones de pareja, familiares, laborales y sociales sean saludables, constructivas y duraderas. Cada miembro de la pareja debe buscar y fomentar sus jardines secretos, esas parcelas de la vida que son privadas, que no se comparten; una de las fuentes de la estabilidad.