Debería haberlo pensado antes, quizás de esa forma no engañaría a nadie y sería mucho más honesto. Entiendo que el error fundamental consiste en creer que la Iglesia puede ser gestionada como una gran empresa. A menudo se olvida el fin de todo esto, la misión para lo que fue creada. No para domeñar voluntades, ni para dirigir el pensamiento y los sentimientos de los seres humanos.