La francmasonerÃa, de remotos orÃgenes y heredera de tradiciones aún más lejanas, vivirá su época de esplendor a partir del siglo XVIII. Desde los gremios de constructores medievales, con elementos tomados de los templarios y de las tradiciones herméticas, se irán conformando las sociedades masónicas que fijarán su estructura, constituciones, ritos y sÃmbolos en Inglaterra, para desde allà difundirse por todo Occidente. Desde entonces se multiplicarán obediencias y tipos de ritos, numerosos masones alcanzarán importantes posiciones en el poder polÃtico, pero también serán perseguidos e incluso algunas sociedades masónicas exterminadas.