La hipótesis Babel es muchos libros pero todos ellos articulan el mismo interrogante: ¿se puede construir/destruir literariamente una torre?, y plantean la misma paradoja: que una torre no es sólo vertical o, más bien, que la verticalidad es una ilusión sostenida por la arquitectura y demolida siempre por la literatura. En el fondo del libro subyace la radical oposición entre arquitectura —siempre efímera, a pesar de su elevada apariencia física— y literatura —que reconoce una eternidad anterior y más a llá de lo divino, en el corazón mismo del lenguaje, como si hasta los dioses fueran también deudores de la indefinición entre la verdad y mentira, que es la que alimenta la posiblidad de hablar, de contar y, como acto seguramente ya inútil, de escribir—.