Y véante mis ojos no sólo toma su tÃtulo de un verso de San Juan de la Cruz sino que también se encuadra en esa tradición lÃrica que une lo mÃstico y lo erótico y que podemos encontrar en la Biblia y en la poesÃa árabe. A través de una serie de poemas breves, los amantes toman alternativamente la palabra y construyen una historia que trancurre a la sombra de Shulayr (Sierra Nevada), en un mundo Ãntimo y lleno de sensualidad. El ambiente exterior, siempre presente y lleno de significado, participa amparándolos. Dividido en tres partes, la primera toma la forma de un viaje y la segunda se sitúa en la ciudad presidida por Shulayr. La última parte, , condensa en pocos versos el contenido del libro.