Del millar y medio de páginas que ocupan las obras completas de Lewis Carroll , LeopoldoMaría Panero nos ofrece en Matemática demente una selección de sus historias «humorísticas», una excelente muestra de los divertimentos lógicos del autor bajo las más variadas formas : desde relatos (alguno de terror) hasta diálogos dramatizados, pasando por hojas de instrucciones, enigmas, poemas o cartas. Como escribió el propio Carroll, son cuentos que plantean «una o más cuestiones matemáticas —de aritmética, álgebra o geometría, según el caso— para el entretenimiento, y posible edificación, de los lectores». En todos ellos se nos descubre lo que hay de cómico —y subversivo— en cuanto aplicamos la lógica más implacable a algunos problemas aparentemente absurdos : siempre queda vencido nuestro sentido común.