Ernesto Kollody y su padre viven en Buenos Aires, donde los barrios no son de nadie y la policía ha perdido el control. El padre de Ernesto, el hombre que siempre ha controlado la vida del hijo, es internado en una Casa de Recuperación, nombre que se da a los geriátricos, donde sólo se entra, pero donde ningún enfermo sale vivo. Cuando Ernesto se da cuenta de que la vida de su padre corre peligro, organiza un equipo para salvarlos y sacarlos de allí.