En el 45 a.C., dos años antes de su muerte a manos de un sicario de Marco Antonio, Cicerón pasaba ya más tiempo en su finca rural de Túsculo que en Roma, retirado de la vida pública y preocupado por la convulsa situación de la República. Allà compuso las Disputaciones tusculanas, cinco libros en los que se recogen otras tantas disertaciones filosóficas dialogadas, cuya finalidad era ofrecer una visión de la filosofÃa como terapia del alma y alivio de aflicciones. Los temas objeto de debate son: la muerte no es un mal (libro I), cómo soportar el dolor (libro II), las aflicciones anÃmicas y su remedio (libro III), las pasiones y perturbaciones del alma (libro IV) y, finalmente, autosuficiencia de la virtud para la vida feliz (libro V). Obra fundamental para conocer la talla de Cicerón como filósofo, las Disputaciones tusculanas muestran sus puntos de vista sobre las distintas escuelas de la filosofÃa griega (académicos, estoicos, epicúreos, etc.) y evidencian la capacidad del autor para convertir el latÃn en una lengua apta para el pensamiento abstracto y dar a la filosofÃa romana un empuje cuyos ecos llegan hasta nuestros dÃas. El traductor, Alberto Medina González, es doctor en FilologÃa Clásica y catedrático de Griego de instituto.
