Me concedí la posibilidad de integrarme en esto tan cruel, tan injusto, tan duro, llamado sociedad. Y me salió bien. Estoy. Me siento totalmente integrada, paso desapercibida. Cuando me miro en el espejo, me digo: “Quién te ha visto y quién te ve”. He llegado. Y me mantengo con mucho sacrificio. Intento superarme día a día. He aprendido a llorar, a hablar... Olvidar es imposible. Le doy gracias a la vida por haberme lanzado la pregunta que cambió mi vida: ¿Qué es vivir sin drogas? Y por haberlo logrado. Drogas, alcohol, vida desenfrenada, delincuencia, marginalidad, muertes por sobredosis, casas de acogida, camellos, robos… La niña Neus, abandonada por su madre prostituta, creció en las calles, sobreviviendo del delito, junto a violentos grupos de pandilleros. Durante muchos años vivió en la marginalidad y en el infierno de la droga hasta que con gran fuerza de voluntad logró rehabilitarse por si sola. Ahora, a los 34 años, madre de familia, ha logrado salir del mundo de la delincuencia, ha estudiado enfermería y dedica su tiempo a ayudar a aquellos que antes fueron sus colegas. Narrada por la periodista Elisabeth G. Iborra , la vida de Neus es el ejemplo de que cada día sale el sol para quien es capaz de orientar su mirada en la dirección adecuada. El conmovedor testimonio de una persona que ha sabido salir con vida de un camino donde muchos la pierden. Un ejemplo de valentía y superación cuyo fin es servir a otras personas a avanzar hacia su propia salvación.